Esa simpática disyuntiva, fue respondida por el profesor John Brookfield, especialista de genética de la evolución de la Universidad de Nottingham (Inglaterra), con la sencilla explicación de que “el material genético no se transforma durante la vida del animal, por lo que la primera ave que en el transcurso de la evolución se convirtió en lo que hoy llamamos una gallina existió primero como embrión en el interior de un huevo”.

Lea el artículo completo: Jorge Gómez Gallego*, MOIR-PDA

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