El proceso político de unidad latinoamericana y del Caribe se encontró en una atmósfera favorable para iniciar el siglo XXI, dando un impulso a la independencia política, social y económica de la América del Sur y del Caribe, que no pudieron realizar estas naciones, por el dominio ejercido sobre ellas por el poder imperial de los Estados Unidos de América en el continente, así como por la pretensión de los imperialismos europeos para aprovechar también las circunstancias para ampliar y consolidar su influencia y dominio en nuestra América.

Lea el artículo completo en: Apolinar Díaz – Callejas (especial para ARGENPRESS.info)

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