El ex número dos del DAS es pieza clave en actividades de narcotráfico y lavado de dinero.
Rafael García Torres no duda en definir a Colombia como un Estado delincuencial y mafioso. Según él, la elección de Álvaro Uribe como presidente de la república en 2002, y su posterior reelección, formó parte de una estrategia para "tomar" el poder del Estado y sus instituciones, y fue consumada por familias de elite y grupos empresariales del departamento de Antioquia, en alianza con paramilitares y narcotraficantes.

Lea la noticia completa en: Carlos Fazio/La Jornada de México/11/11/2009

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